martes, febrero 16, 2010

La soledad

Momentos de inquietud
sentado frente a la luna
mirando esa verdad
haciéndola mía cada instante

Y quien te ve, y quien me ve
Un par de ojos cansados
seducidos al extremo
por esa verdad disfrazada de asombro
Verdad que aniquila
y traspasa mi armadura

Y volviste aparecer señora;
no te esperaba y no me quejo
Solo te disfruto a mi manera,
porque llegaste, sí;
con tu vestido blanco de sinceridad,
con unas flores de esperanza
con un aroma que huele a presente y olvido
y con voz cansada dijiste: “Es mejor así”

Y así voy,
Hombro a hombro
Contigo soledad
hasta que el atardecer
deje de ser gris