En el diario vivir
Busco un sustento
una lluvia sincera
y un abrazo para acompañar
Mas el frío segundo
de la soledad
estremece mi piel
Y en ayuno
solo me alimento
de verdades
Estas que se agitan
como rosales al viento,
estremeciendo mí
opaco vivir.
Busco un consuelo
un huracán de sueños
y un alma para compartir.
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